Emergencia en Sudán

Se espera que hasta 2,5 millones de personas adicionales en Sudán pasen hambre en los próximos meses debido a la situación de violencia. Un número récord de personas, aproximadamente un tercio de la población, ya padecía hambre antes de que estallara el conflicto actual.

El WFP también está sumamente preocupado de que el conflicto pueda socavar la actual temporada de siembra, ya que los agricultores se enfrentan a la inseguridad y luchan para hacer frente al aumento de los precios de los fertilizantes y las semillas.

Después de una breve pausa debido a los continuos combates e inseguridad, el WFP ha reiniciado sus operaciones en el país para atender las necesidades inmediatas de los refugiados, las comunidades de acogida y los desplazados internos. Hemos llegado a más de 1 millón de personas con asistencia vital a pesar de los continuos enfrentamientos y desafíos de acceso. El deterioro de la situación de la seguridad y los ataques a la ayuda hacen que sea extremadamente difícil para el WFP ampliar la asistencia para ayudar a 5,9 millones de millones de personas afectadas por el conflicto.

WFP está trabajando las 24 horas para obtener y enviar alimentos, y para ampliar su respuesta de emergencia, a medida que aumentan las necesidades humanitarias. También estamos apoyando a la comunidad humanitaria en general en sus esfuerzos por llegar a más personas afectadas por el conflicto en Sudán.

Decenas de miles de refugiados sudaneses huyen para escapar de la violencia, la mayoría de ellos se dirigen a Egipto, Sudán del Sur y Chad. El WFP está ayudando a los refugiados recién llegados con asistencia alimentaria de emergencia. Sin embargo, existe preocupación por la seguridad alimentaria en los países vecinos, muchos de los cuales ya están lidiando con múltiples crisis propias.

La devaluación de la libra sudanesa, además del aumento de los costos de los alimentos y el transporte, también dificulta que las familias pongan la comida en la mesa. La guerra en Ucrania está causando picos en los costos de los alimentos, ya que Sudán depende de las importaciones de trigo de la región del Mar Negro. La interrupción del flujo de cereales hacia Sudán aumentará los precios y dificultará la importación de trigo.